Las jornadas catequéticas forman, permiten aprendizajes significativos, posibilitan lecturas y conocimientos, dan razón de la fe desde el afecto o las sensaciones y no sólo desde el conocimiento. Con ello se intenta dar una respuesta de fe a Dios como algo verdaderamente humano y no opuesto a la razón mientras que se desarrollan los valores propuestos por Jesús en el Evangelio.

Bienvenida

Colegio San Luis Gonzaga
Área de Formación Cristiana

Formación Cristiana Ignaciana

"El amor se debe poner más en las obras que en las palabras"

Contenidos y competencias por cursos

Resucitados. He Qui

Credo latinoamericano

Claudio Cruces

Creo en Dios
Porque se hizo humano
Y se levantó temprano
Para ir a trabajar

Creo en Dios
Porque se hizo carpintero
Sabe lo que es ser obrero
Y tener que transpirar

Creo en Dios
Porque amó a las prostitutas
Desechando a los reclutas
De la religiosidad

Creo en Dios,
Ese Dios tan proletario
Ese Dios que se hizo humano
Para venirme a salvar

Creo en Dios
Porque no es un moralista
Nunca jode a los artistas
Ni les dice que cantar

Creo en Dios
porque es Madre y porque es HIJOS
porque es desaparecido
de un gobierno militar

Creo en Dios
porque usa mameluco
y bendice a los trabucos
que luchan por la libertad

Creo en Dios,
Ese Dios tan proletario
Ese Dios que se hizo humano
Para venirme a salvar

Introducción a la Biblia e ignacianidad

1. Introducción a la espiritualidad ignaciana

  • Ignacio de Loyola
  • El modo de ser ignaciano

2. Estructura de la Biblia

  • Los géneros literarios
  • ¿Cómo se escribió la Biblia?
  • El autor de la Biblia
  • Manejo de la Biblia

3. Geografía y contexto histórico de la Biblia

  • Etapas de formación del A.T. y del N.T.
  • Historia bíblica (estructura social, económica, cultural, influencias de otras culturas)

4. Síntesis del Antiguo Testamento

  • Ejercicio de lectura de un texto del A.T.
  • La creación y el pecado (Génesis)
  • La antigua alianza (Moisés)

5. Síntesis del Nuevo Testamento

  • Ejercicio de lectura de un texto del N.T.
  • La venida del Salvador (la nueva y eterna alianza)

Cristología

1. Dios se hace hombre por amor

  • El misterio de la Anunciación y la Encarnación de Dios
  • La sociedad en que vivió el hombre Jesús

2. Jesús, Hijo de Dios

  • Jesucristo es Dios
  • El Dios que se revela en Jesús
  • El Dios trinitario

3. Jesús nos enseña a orar. Taller de oración

  • Un Dios desconcertante
  • Un Dios-Padre-Madre amoroso y cariñoso
  • Distintas maneras de orar

4. La personalidad de Jesús

  • Jesús un hombre totalmente libre
  • Jesús cercano a los marginados
  • Jesús fiel al Padre
  • Características de la personalidad de Jesús: originalidad, radicalidad y coherencia

5. El Plan de Dios, el Reinado

  • El mensaje del Reino según Jesús
  • Significado del Reinado de Dios para nosotros

6. Muerte y resurrección de Jesús

  • La muerte de Jesús: ¿Por qué mataron a Jesús? ¿Cómo entra la muerte de Jesús en el Plan de Dios?
  • La resurrección de Jesús: El hecho de la resurrección  y su significado para los cristianos. Resurrección: la victoria sobre la muerte, ¿cómo será y cuándo ocurrirá?

7. Jesús, aquí y ahora

  • Cristianos en la sociedad
  • Compromiso de los cristianos

Teología sacramental

1. Sacramentos, lugar de encuentro con Cristo

  • Introducción a los sacramentos. ¿Qué es un sacramento?
  • Cristo, Sacramento del Padre
  • La Iglesia, Sacramento de Cristo
  • Los empobrecidos, Sacramentos de Cristo

2. Los sacramentos de la Iglesia

  • Sacramentos de iniciación: bautismo, eucaristía, confirmación
  • Sacramentos de sanación y de servicio: reconciliación, unción de los enfermos, matrimonio, orden sacerdotal

3. María en la Iglesia y dentro de la espiritualidad ignaciana

  • María: la primera cristiana
  • María: modelo de apóstol

Eclesiología

1. Historia de la Iglesia

  • Nacimiento de la Iglesia, de Jerusalén a Roma
  • Los primeros siglos
  • Florecimiento y crecimiento de la Iglesia
  • Reforma católica y Reforma protestante
  • La Iglesia a partir del Concilio Vaticano II


2. La Compañía de Jesús y la Iglesia

  • Los jesuitas en el mundo
  • Los jesuitas en Ecuador


3. La Iglesia que quiere Jesús

  • Iglesia, comunidad de servicio
  • Iglesia, pueblo de Dios
  • Iglesia, sacramento de salvación
  • Ecumenismo y diálogo interreligioso


4. La Iglesia latinoamericana

  • Reuniones de Puebla, Medellín, Santo Domingo
  • Teología de la Liberación
  • Los empobrecidos, opción preferencial de la Iglesia


5. Espiritualidad laical

  • Papel del laico dentro de la Iglesia, la Iglesia somos todos

Moral cristiana

1. Fundamentos de la Moral Cristiana
  • ¿Tenemos necesidad de una moral contemporánea?
  • Conceptos de ética y moral
  • La persona humana: centro y sujeto de la moral
  • El proyecto del Reino
  • La experiencia histórica de la Iglesia: tradición y magisterio
2. Elementos de la Moral Cristiana
  • Valores y principios de la moral cristiana
  • Conciencia, libertad y responsabilidad
  • Actos, actitudes y opción fundamental
  • Gracia y pecado
3. Herramientas ignacianas: la pausa y el discernimiento
  • Introducción a las herramientas ignacianas
  • Pausa ignaciana
  • Toma de decisiones: discernimiento ignaciano
4. Moral personal
  • La plena realización de la persona
  • Formación de la conciencia moral
  • Conflictos morales personales: sexualidad, hedonismo, drogas, consumismo y violencia
5. Moral social y de la vida
  • Situaciones y problemas que competen a la moral social
  • La responsabilidad de los cristianos en política y economía
  • Construir la familia cristiana
  • La moral social frente a la cultura de la muerte

Enseñanza Social de la Iglesia - ESI

1. La Enseñanza Social de la Iglesia - ESI

  • El anti-proyecto social del mundo
  • Jesucristo, centro de la historia y nuestro libertador
  • Elementos conceptuales, fuentes y dimensiones de la ESI
  • Principios fundamentales de la ESI: dignidad humana y solidaridad
  • Principios humanos fundamentales: bien común y justicia
2. La ESI ante los principales núcleos de lo social
  • El mundo del trabajo
  • Política y gestión económica
  • La comunicación
3. Las actuales tendencias sociales y la ESI
  • Una seria preocupación ecológica
  • Incidencias sociales del pensamiento postmodernista
  • Globalización y uniformismo cultural
  • Nuevas propuestas religiosas y diálogo ecuménico
4. Las opciones fundamentales en el campo social
  • La familia, lugar de formación social cristiana
  • Profesión, un medio para servir a los demás
  • Los empobrecidos, opción preferencial de Jesús
  • Proyecto de vida y vocaciones

El cuadrante - Marcos

El Cuadrante - Marcos - José Luis Sicre

Bibliografía utilizada para las Jornadas

Bibliografía General:

Bibliografía para Introducción a la Biblia y a la Espiritualidad Ignaciana

Bibliografía para Cristología

Bibliografía para Teología Sacramental

Bibliografía para Eclesiología
  • BOFF, L Eclesiogénesis.
  • CODINA, V. Para comprender la Eclesiología desde América Latina.
  • SEGUNDO, J.L. Esa comunidad llamada Iglesia.
  • CENTRO DE ESPIRITUALIDAD IGNACIANA DEL PERÚ. Cuaderno de espiritualidad 107: Los laicos, ¿los tomamos en serio?
  • DEPARTAMENTO DE PASTORAL DE FE Y ALEGRÍA ECUADOR. Documentos del Primer Encuentro Latinoamericano de Pastoral Fe y Alegría.
  • RUEDA, S.J., MARCO VINICIO. Itinerario para una antropología teológica.

Bibliografía para Moral y Ética Cristiana
  • DUSSEL, E. Ética Comunitaria
  • FROMM, E. El Arte de Amar
  • LÓPEZ-AZPITARTE, El nuevo rostro de la moral cristiana. Cuadernos de Espiritualidad.
  • MIFSUD, T. Libres para Amar.
  • SAVATER, F. Ética para Amador.
  • VIDAL, M. Ética y moral cristiana.
  •  VIDAL, M. Para conocer la ética cristiana
  • VIDAL, M. La alternativa ética del laicado.
  •  VICO PEINADO, J. Éticas teológicas de ayer y hoy.
  •  MARTINI, S.J., CARLO MARÍA El Evangelizador en San Lucas.
  •  CONFERENCIA EPISCOPAL ALEMANA. Catecismo Católico para adultos

    El primer libro de Samuel

    sicre, jose luis - el primer libro de samuel

    Escuchemos a los pobres

    a - Escuchemos a Los Pobres

    Santos jesuitas

    Santos Jesuitas-Luis F. Ponce

    Los rostros de puebla


    Extracto de DOCUMENTO DE PUEBLA


    Este documento es el resultado del trabajo de los obispos de Latinoamérica durante la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.

    Compartir las angustias

    Nos preocupan las angustias de todos los miembros del pueblo cualquiera sea su condición social:

    su soledad, sus problemas familiares, en no pocos, la carencia del sentido de la vida... mas especialmente queremos compartir hoy las que brotan de su pobreza.

    Vemos, a la luz de la fe, como un escándalo y una contradicción con el ser cristiano, la creciente brecha entre ricos y pobres. El lujo de unos pocos se convierte en insulto contra la miseria de las grandes masas. Esto es contrario al plan del Creador y al honor que se le debe. En esta angustia y dolor, la Iglesia discierne una situación de pecado social, de gravedad tanto mayor por darse en
    países que se llaman católicos y que tienen la capacidad de cambiar: «que se le quiten barreras de explotación... contra las que se estrellan sus mejores esfuerzos de promoción» (Juan Pablo II, Alocución Oaxaca 5: AAS 71 p. 209).

    Comprobamos, pues, como el más devastador y humillante flagelo, la situación de inhumana pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada, por ejemplo, en mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud, salarios de hambre, desempleo y subempleo, desnutrición, inestabilidad laboral, migraciones masivas, forzadas y desamparadas, etc.

    Al analizar más a fondo tal situación, descubrimos que esta pobreza no es una etapa casual, sino el producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas, aunque haya también otras causas de la miseria. Estado interno de nuestros países que encuentra en muchos casos su origen y apoyo en mecanismos que, por encontrarse impregnados, no de un auténtico humanismo, sino de materialismo, producen a nivel internacional, ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres. Esta realidad exige, pues, conversión personal y cambios profundos de las estructuras que respondan a legítimas aspiraciones del pueblo hacia una verdadera justicia social; cambios que,
    o no se han dado o han sido demasiado lentos en la experiencia de América Latina.

    La situación de extrema pobreza generalizada, adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela:

    • rostros de niños, golpeados por la pobreza desde antes de nacer, por obstaculizar sus posibilidades de realizarse a causa de deficiencias mentales y corporales irreparables; los niños vagos y muchas veces explotados de nuestras ciudades, fruto de la pobreza y desorganización moral familiar;
    • rostros de jóvenes, desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad; frustrados, sobre todo en zonas rurales y urbanas marginales, por falta de oportunidades de capacitación y ocupación;
    • rostros de indígenas y con frecuencia de afroamericanos, que, viviendo marginados y en situaciones inhumanas, pueden ser considerados los más pobres entre los pobres;
    • rostros de campesinos, que como grupo social viven relegados en casi todo nuestro continente, a veces, privados de tierra, en situación de dependencia interna y externa, sometidos a sistemas de comercialización que los explotan;
    • rostros de obreros frecuentemente mal retribuidos y con dificultades para organizarse y defender sus derechos;
    • rostros de subempleados y desempleados, despedidos por las duras exigencias de crisis económicas y muchas veces de modelos de desarrollo que someten a los trabajadores y a sus familias a fríos cálculos económicos;
    • rostros de marginados y hacinados urbanos, con el doble impacto de la carencia de bienes materiales, frente a la ostentación de la riqueza de otros sectores sociales;
    • rostros de ancianos, cada día más numerosos, frecuentemente marginados de la sociedad del progreso que prescinde de las personas que no producen.

    Compartimos con nuestro pueblo otras angustias que brotan de la falta de respeto a su dignidad como ser humano, imagen y semejanza del Creador y a sus derechos inalienables como hijos de Dios.

    Países como los nuestros en donde con frecuencia no se respetan derechos humanos fundamentales- vida, salud, educación, vivienda, trabajo...-, están en situación de permanente violación de la dignidad de la persona.

    A esto se suman las angustias surgidas por los abusos de poder, típicos de los regímenes de fuerza.

    Angustias por la represión sistemática o selectiva, acompañada de delación, violación de la privacidad, apremios desproporcionados, torturas, exilios. 

    Angustias en tantas familias por la desaparición de sus seres queridos de quienes no pueden tener noticia alguna. Inseguridad total por detenciones sin órdenes judiciales. Angustias ante un ejercicio de justicia sometida o atada. Tal
    como lo indican los Sumos Pontífices, la Iglesia, «por un auténtico compromiso evangélico», debe hacer oír su voz denunciando y condenando estas situaciones, más aún cuando los gobernantes o responsables se profesan cristianos.

    Angustias por la violencia de la guerrilla, del terrorismo y de los secuestros realizados por extremismos de distintos signos que igualmente comprometen la convivencia social.

    La falta de respeto a la dignidad del hombre se expresa también en muchos de nuestros países en la ausencia de participación social a diversos niveles. De manera especial nos queremos referir a la sindicalización. En muchos lugares la legislación laboral se aplica arbitrariamente o no se tiene en cuenta. Sobre todo en los países donde existen regímenes de fuerza, se ve con malos ojos la organización de obreros, campesinos y sectores populares y se adoptan medidas represivas para impedirla. Este tipo de control y de limitación de la acción no acontece con las agrupaciones patronales, que pueden ejercer todo su poder para asegurar sus intereses.

    En algunos casos, la politización exasperada de las cúpulas sindicales distorsiona la finalidad de su organización.

    En estos últimos años se comprueba, además, el deterioro del cuadro político con grave detrimento de la participación ciudadana en la conducción de sus propios destinos. Aumenta también, con frecuencia, la injusticia que puede llamarse institucionalizada. Además, grupos políticos extremistas, al emplear medios violentos, provocan nuevas represiones contra los sectores populares.

    La economía de mercado libre, en su expresión más rígida, aún vigente como sistema en nuestro continente y legitimada por ciertas ideologías liberales, ha acrecentado la distancia entre ricos y pobres por anteponer el capital al trabajo, lo económico a lo social. Grupos minoritarios nacionales, asociados a veces con intereses foráneos, se han aprovechado de las oportunidades que le abren
    estas viejas formas de libre mercado, para medrar en su provecho y a expensas de los intereses de los sectores populares mayoritarios.

    Las ideologías marxistas se han difundido en el mundo obrero, estudiantil, docente y otros ambientes con la promesa de una mayor justicia social. En la práctica, sus estrategias han sacrificado muchos valores cristianos y, por ende, humanos, o han caído en irrealismos utópicos, inspirándose en políticas que, al utilizar la fuerza como instrumento fundamental, incrementan la espiral de la violencia.

    Las ideologías de la Seguridad Nacional han contribuido a fortalecer, en muchas ocasiones, el carácter totalitario o autoritario de los regímenes de fuerza, de donde se ha derivado el abuso del poder y la violación de los derechos humanos. En algunos casos pretenden amparar sus actitudes con una subjetiva profesión de fe cristiana.

    Los tiempos de crisis económicas que están pasando nuestros países, no obstante la tendencia a la modernización, con fuerte crecimiento económico, con menor o mayor dureza, aumentan el sufrimiento de nuestros pueblos, cuando una fría tecnocracia aplica modelos de desarrollo que exigen de los sectores más pobres un costo social realmente inhumano, tanto más injusto cuanto que no se hace compartir por todos.

    Catequesis bíblica AT



    Caravias.Catequesis bíblica para jóvenes AT.Texto

    Catequesis bíblica NT



    Caravias.Catequesis bíblica para jóvenes NT.Texto

    Cambiar algunos paradigmas




    Teología para comunidades

    Castillo, Josema - Teologia Para Comunidades

    Galilea año 30

    bravo, carlos - galilea año 30

    Jesucristo liberador

    sobrino, jon - jesucristo libertador

    Extra2

    jj

    Extra1

    aa

    Autobiografía

    Autobiografía de S. Ignacio de Loyola

    Proyecto humano

    ibañez, franklin - proyecto humano

    Los sacramentos de la vida

    sacramentos-vida-boff[1]

    Justicia y Eucaristía

    Castillo.Justicia y Eucaristía

    La fiesta de san Ignacio y de los jesuitas

    Por: José Manuel Vidal

    Siguen siendo la primera potencia religiosa de la Iglesia. Y en época de vacas flacas para todos. Tanto en cantidad (18.815 en todo el mundo y 1.434 en España y más de 18.000 empleados en plantilla). Y, por supuesto, en calidad. La Compañía sigue siendo la referencia intelectual y de máximo prestigio en la Iglesia católica. Prestigio social y eclesial. Hoy, decir que has estudiado en los jesuitas es un título de nobleza y crea curriculum. Han conseguido conservar su imagen de marca, en una sociedad en la que la credibilidad social y la influencia se juega fundamentalmente en este ámbito. Y, en el seno de la Iglesia, siguen representando la imagen de la moderación y del Vaticano II. Siguen donde los colocó Arrupe: en la frontera.

    Se han dejado pelos en la gatera en esta época que uno de sus grandes teólogos, Karl Rahner, definió como "invierno eclesial". Muchos de los suyos fueron amonestados. Juan Pablo II les colocó un comisario (o dos). Eso sí, de su propia congregación. Y, durante su pontificado, perdieron influencia en Roma. Y fueron señalados poco menos que como herejes. Pero los jesuitas se mantuvieron en su sitio: fieles a su carisma y a Roma. Sin estridencias, pero con firmeza, en una época dominada por los movimientos neoconservadores, Legionarios de Cristo (mala copia de los jesuitas) incluidos.

    Benedicto XVI los ha rehabilitado y les ha vuelto a encomendar puestos claves en la Curia romana. Por ejemplo, la comunicación eclesial, en manos de Federico Lombardi.

    Su presencia en España sigue siendo una referencia. Es verdad que ha pasado para la Compañía española la época de las grandes iconos del pensamiento, pero vienen otros por detrás empujando. Se ha bajado quizás un peldaño en el altísimo nivel conseguido, pero sin llegar al erial de otras congregaciones. Siguen contando con los mejores expertos en casi todos los campos de la investigación, de la ciencia y de la teología.

    Sus Universidades (Comillas y Deusto) son signo de excelencia y de prestigio social. Y todavía se sienten con fuerzas para poner en marcha la Universidad Loyola de Andalucía, la primera universidad privada de los jesuitas en el Sur, de la mano de Ildefonso Camacho.

    En el ámbito eclesiástico, los jesuitas españoles han apostado por el polo moderado y, a pesar de las insistentes presiones recibidas, no se han movido de ahí. Ni Rouco ha conseguido moverlos. Críticos, pero serios y disciplinados, que para eso tienen el cuarto voto de obediencia al Papa. Dedicados a la formación de las élites, pero sin olvidar en absoluto la atención a los más pobres. En el Pozo del Tío Raimundo y en otros muchos lugares de España. Contemplativos en la acción.

    Con editoriales punteras como Sal Terrae, con revistas que marcan la pauta y con Facultades de Teología, como la de Madrid o Granada, que forman a lo más granado del clero español y mundial. O con ONGs como Entreculturas o el Servicio Jesuita a Refugiados, entre las más comprometidas y punteras del mundo. Han pasado por el crisol de los siglos y llevan el marchamo de la Historia. Y de la Iglesia.

    Lo tienen casi todo y no les sobra casi nada. Quizás les pediría un poco más de crítica profética en una Iglesia española que pierde fuelle, influencia y capacidad evangelizadora a marchas forzadas. Que fuesen capaces de romper el círculo del miedo y de la asfixia a la que se intenta someter a la mayoría eclesial moderada.

    Enhorabuena a la Compañía en la fiesta de su santo fundador, San Ignacio, y a los jesuitas españoles, entre los cuales tengo la satisfacción de contar con excelentes amigos.

    Laicos por elección

    Por: P. Javier Uriarte, SJ

    Uriarte - Laicos por elección

    Ecle 1

    dd

    Ecle 2

    aa

    Los laicos: ¿los tomamos en serio?


    Pe.IbáñezFrankin-Romani.Los laicos los tomamos en serio

    Moral 1

    b

    Haciendo realidad tus metas


    Nada te turbe,
    nada te espante,
    todo se pasa.
    Dios no se muda,
    la paciencia
    todo lo alcanza;
    quien a Dios tiene
    nada le falta:
    sólo Dios basta
    (Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia)

    Las metas
    Muchas ocasiones no te atreves a perseguir tus sueños por el temor a un mal resultado que te haga sentir impotente, triste, decepcionado, enojado contigo mismo, frustrado, incompetente. Sin embargo, el precio por vivir sin metas ni ilusiones ya lo estas pagando. Ya vienes arrastrando en tu vida, de una u otra medida esos sentimientos ¿O no? Entonces, si de cualquier manera ya estás instalado en ese estado de ánimo en forma permanente u ocasional, mejor corre el riesgo de perseguir lo que quieres y si lo haces con una estrategia inteligente, poniendo en funcionamiento todos los talentos que Dios te ha dado y contando con Él, lo más probable es que lo consigas tarde o temprano. Recuerda, “la gloria de Dios es que el ser humano viva”.
    Una forma de elevar la probabilidad de construir metas inteligentes, es someter su diseño a un control de calidad en el que consideres los siguientes factores.

    Guía para evaluar tus metas
    1.- ¿Se expresa en forma positiva?
    ¿Expresa mi meta lo que sí quiero alcanzar, más que lo que no quiero que pase? ¿Cuál es el resultado real y positivo que yo espero alcanzar?

    2.- ¿Tiene un fundamento personal?
    ¿Es una meta mía o de otras personas? ¿Es de mi interés y está bajo mi control lograrla?

    3.- ¿Incluye el factor emocional?
    ¿Tengo presente en mi mente lo que voy a conseguir con mi meta? ¿Estoy decidido y entusiasmado por conseguir esa ganancia o recompensa? ¿Empiezo a sentir desde ahora el gozo de conquistar mi meta, creo que mi comunidad la disfrutará y creo que voy a disfrutar de todo el proceso?

    4.- ¿Se apoya en un modelo?
    ¿Tengo una idea de la persona que quiero ser al conseguir esa meta? ¿Tengo claro el tipo de vida a la que aspiro al lograr esa meta? ¿Qué personas me inspiran para alcanzar mi meta? ¿Tomo en cuenta los valores del Evangelio de Jesús?

    5.- ¿Es específica y visual?
    ¿Está clara mi meta en términos de lo que deseo alcanzar?, ¿Qué?, ¿cuánto?, ¿cómo?, ¿dónde? ¿Puedo ver los detalles importantes de mi meta ya conquistada? ¿Puedes verte a ti mismo conquistando tu meta? ¿Puedes imaginarte lo que dicen y sienten los que te rodean? ¿Puedes ver el bien que harás (y no solamente el tuyo personal) cuando la consigas?

    6.- ¿Es de un tamaño apropiado?
    ¿Tiene mi meta un tamaño apropiado a mis aspiraciones y a mis posibilidades personales? ¿Considero que es una meta realista, alcanzable, además de estimulante y retadora?
    ¿Necesito subdividirla en porciones menores o relacionarla con otra meta mayor para hacerla más manejable o atractiva?

    7.- ¿Tiene un marco de tiempo adecuado?
    ¿He establecido una fecha límite en que debe estar concluida mi meta? ¿Considero que el plazo fijado es realista?, ¿Es adecuado? ¿He establecido los resultados parciales por lograr en fechas próximas en caso de que mi meta sea a largo plazo?

    8.- ¿Considera los recursos necesarios?
    ¿Tengo noción de los recursos internos y externos que necesitaré para alcanzar mi meta? ¿Considero tenerlos ya? Si no los tengo, ¿Cómo pienso conseguirlos?

    9.- ¿Permito saber cuándo se ha alcanzado?
    ¿Cómo sabré que he conseguido mi meta? ¿Qué es lo que espero ver, oír, sentir, para tener evidencia de que conseguí lo que esperaba? ¿Cómo y cuándo verificaré el progreso hacia mi meta para saber si la voy alcanzando?

    10.- ¿Tiene un marco en los valores del Evangelio?
    ¿Considero que mi meta está en armonía conmigo, con mis relaciones, con mi entorno, con la historia? ¿Qué pasa si la consigo? ¿Tendrá efectos no deseados para mí o para los que me rodean?
    Si así es el caso, ¿podría cambiar mi meta para conseguir los mismos o parecidos resultados y evitar de esa manera los efectos no deseados?

    El Vencedor y el Perdedor
    Cuando un vencedor comete un error, dice: «Yo me equivoqué.»
    Cuando un perdedor comete un error, dice: «No fue mi culpa.»

    Un vencedor trabaja duro y tiene más tiempo.
    Un perdedor está siempre «muy ocupado» para hacer lo que es necesario.

    Un vencedor enfrenta y supera los problemas.
    Un perdedor da vueltas y nunca consigue resolverlos.

    Un vencedor se compromete.
    Un perdedor hace promesas.

    Un vencedor dice: «Yo soy bueno, sin embargo no tan bueno como me gustaría ser.»
    Un perdedor dice: «Yo no soy tan malo como tantos otros.»

    Un vencedor escucha, comprende y responde.
    Un perdedor sólo espera una oportunidad para hablar.

    Un vencedor respeta a aquéllos que son superiores a él y trata de aprender algo con ellos.
    Un perdedor resiste a aquéllos que son superiores a él y trata de encontrar sus defectos.

    Un vencedor se siente responsable por algo más que sólo su trabajo.
    Un perdedor no colabora y siempre dice: «Yo sólo hago mi trabajo.»

    Un vencedor dice: «Debe haber una mejor forma de hacerlo...»
    Un perdedor dice: «Esta es la forma que siempre lo hicimos.»